Te acercaste despacio y tomaste mi mano,
y me has dicho al oído el más dulce te amo.
Tu susurro destruye mi ego entre tus labios,
y aprendí la lección; el amor no es tirano.
Te acercaste despacio y creí que vivía,
y creí que era eterna la perfecta armonía.
Tu perfume se impregna en mi alma dormida,
y la paz de tus ojos, es arrullo de vida.
Te acercaste despacio y estábamos juntos,
y el piso se aleja, y escapamos del mundo;
las palabras abrazan un silencio profundo,
porque alza la voz, un “te quiero” rotundo.
En los libros de cuentos el villano malvado,
secuestra la esperanza, tan solo por agrado.
Y la bella princesa, suspira por su amado,
y se acerca despacio, y me dice al oído…
el más dulce te amo.