Deambulo por las calles polvorientas
Llenas de adoquines y reliquias
Algunas ya no existen
Al igual que las fachadas
Con su estilo colonial
En pleno derrumbe
Enjugo una lágrima
Que nunca quiere brotar
Pero es persistente
Martilla
Y grita sin remedio
Se nubla mi retina
Ante tanta podredumbre
El perro vagabundo
El anciano sin techo
Los niños que añoran y esperan
Y al final se vuelven hombres
Sin haber puesto los pies
En ningún lugar seguro
Los carretones continúan
Con su carga
Zarandeados por la multitud
Y el látigo del verdugo
Cada vez más cruel
Sobre el lomo del asno
El júbilo que tuvimos de niños
Ahora es un acordeón
Sin notas
Soportando impaciente
El desespero humano
También el romerillo
Y la albahaca
Dieron paso al basurero
Que adorna las esquinas
La casita azul turquesa
Donde di mis primeros pasos
Perdió su olor
Y sus costumbres
La verja fue derribada
Y la enredadera
Ya no tiene
Las motas de algodón
Que mi madre les ponía
Teñidas de colores
Y sujetas
Con las ramitas del almacigo
Ya la época no es
De tejos y suiza
Mucho menos de la rueda, rueda
De pan y canela
El camino es angosto
Amargo
Espeluznante
Como el dolor más fuerte
Y nos punza
El recuerdo
De aquellas noches de diciembre
Sentados
En la mesa del abuelo
Iluminados por las diademas
Y los foquitos de colores
Después
Hacíamos las cartas a los reyes
Pidiendo
Lo que podían
O no podían
Deambulo por las calles
De la que fue mi urbe
Observo sus balcones con tristeza
Pierdo hasta la voz
Entre los tendales
Que bambolea el viento
Cerca la mar
Como siempre impaciente
Con sus muros agrietados
De nostalgia
Dónde están los amigos
Mis hermanos
Mi pueblo
Por qué tengo que retorcerme
Y continuar sombría
Como si todo fueran nichos
Estiércol
Aire descompuesto
Muchachas sobre sus tacones
Vendiéndole el alma al diablo
Otras colgadas a la campana
Que no tañe
Orando por los que se lanzan
Desesperados por llegar
A cualquier parte
Estatutos y más estatutos
De aquí, de allá, de cuyá
Incluyendo las leyes Maltusianas
Conspirando contra la suerte
Del que necesita sobrevivir
Al pánico
Deambulo por las calles polvorientas
Llenas de adoquines y reliquias
Algunas ya no existen
Al igual que las fachadas
Con su estilo colonial
En pleno derrumbe
Todo se oscurece
Solloza mi faz atribulada
Frente a mi
Sólo un abismo