Ahora que ya nada hay que ofrecer,
que todo lo que fue se disipó,
que solo quedan tiempo y soledad
y el tiempo nos transporta hacia el olvido
me falta por decir una palabra
que sea perdurable en la memoria
-Así también habré sobrevivido
al trágico naufragio de la vida-
Vivir no es solo amar, odiar, o ser.
Ser solo es un estado de las cosas
Amar es querer ser una ilusión
Odiar es perecer de sinrazón
y errar en ambas cosas es pasión.
Errar, volver a errar, hasta acertar
en la profunda luz de la tristeza
o en esa oscuridad de la certeza
que apenas se es capaz de imaginar.
Pues no hay un blanco o negro, nada es fácil,
los ojos se declaran invidentes,
las manos impalpables, la voz muda,
el cielo es un infierno y la locura
la cuerda que sostiene tu verdad.
Mentira tras mentira te has creído
creyéndote vivir la vanidad
y, ahora, justo al borde, lo ves claro
Vivir es aceptar y aún luchar.