TE BEBO EN CADA SORBO de café,
hombre de mis debilidades.
Te tomo en cada pensamiento.
hombre de mis pasiones.
Te disfruto en cada respiro.
hombre de mis suspiros.
Te nombro en cada poema,
hombre de mi inspiración.
Aun ausente, ofreces
la inquietud de tus manos
para mi cuerpo,
la suavidad de tu cabellera,
para mis dedos,
el delirio de tus labios
para mis besos.
A veces, sobran las palabras,
cuando un gemido al oído es el que habla.
Blanka Mendoza
publicado el día
28/12/22
08:23 am
Escrito en 2017