Que mi voz se la lleve el oleaje
como un verso difuso tras la bruma
que se rompa de rabia y grite espuma
y, en el eco, se escuche su mensaje.
Que mi ser hoy se enfunde en otro traje
y mi mano haga espada de su pluma
para que el hombre sienta y no presuma
y le pesen los pasos de este viaje.
Porque naces tan solo y solo mueres
y, entretanto, te encuentras a ti mismo
a través de la gente que conoces
pues, como tú, son todos... Solo seres
humanos que, camino del abismo,
intentan encontrar sus propias voces.