Un universo de flores
se abría, perpendicular,
flotante, a lo largo de toda
la orilla. Ríos que abarcaban
sombras y alamedas por su peso,
vencidas. Risas y más risas,
bajo las copas de los árboles
vestidas. De brisa y aire caliente,
tu cintura entre mis manos huida.
De brisa, amor mío, los labios y las noches
sucintas!
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