A LA AMISTAD
(soneto con estrambote)
El hermano que fuiste tú a escoger
no agranda la amistad con su presencia.
Es sin duda, la mágica sapiencia
inconexa, aunque cierta, de no ver
pero intuir que en tu pecho está ese ser
que no lleva tu sangre, mas su esencia,
en confianza y en afecto de excelencia,
siempre es mano extendida pa´vencer:
el recelo fraguado por temor;
la aflicción en la tarde oscura y fría;
la tristeza asfixiante y su dolor.
Y es tu norte y es apoyo día a día;
y es sonrisa y es abrazo alentador
compartiendo orgulloso tu alegría.
Tan clara compañía
regalando en la senda lealtad,
es razón para honrar a la amistad.
Fdo.: Rafael Huertes Lacalle