emerge de la nada
como estar o no estar,
se hace manifiesto
en ausencia del pertinaz ruido,
se aísla de lo mundano
con el recogimiento
o al ser impuesto como castigo,
en lo sombrío se sobrecoge
por el ulular del viento,
se interpreta como prudente
complice, deliberado…
y al ser imperceptible
a través de la paz interior,
su presencia se percibe.