“Fue imposible eternizarlo, habrá que canonizarlo . . .”
Pasolini bien decía:
“el fútbol es la poesía
del balón ante los pies
del Rey Pelé” y así es.
Van mis versos de alabastro
para homenajear al astro,
al grandioso Edson Arantes
Do Nascimento, vibrantes.
Métrica acongoja a rima,
su muerte mucho lastima
la admiración que le tengo
desde niño y la sostengo.
La pena tiende su manto
sobre la cancha, y el llanto
riega el triste pasto verde,
el juego su joya pierde.
La afición está deshecha
la esférica muy maltrecha,
el estadio tan gozoso
se vuelve tumba en reposo.
Las tribunas desoladas
se miran desamparadas,
ya no ondea ni un banderín,
pues, Pelé llegó a su fin.
Minas Gerais enlutadas,
en Brasil no hay batucadas,
se fue el monstruo sensación
tesoro de esa nación.
Al Santos quebranto cimbra,
el “Maracana” no vibra,
hay duelo en el vestidor
y en su uniforme dolor.
En la tersa “Canarinha”,
en la tan verde-amarilla,
que luciera con decoro
en el regio “Scratch du Oro”.
Compañero de Garrincha,
querido por todo hincha
que ama la real camiseta
de “O Rei” Pelé, se respeta.
Y, hoy, el gol no se celebra,
falleció la “Perla Negra”
del balompié más glorioso,
el que hizo el deporte hermoso.
El maravilloso diez
que tuvo el mundo a sus pies,
el mejor, puntos y acentos,
de todos, todos, los tiempos.
Recordarán los anales
a sus tres Copas Mundiales,
récords, títulos ganados,
goles, más de mil anotados.
Murió mi Pele bendito
amo del “jogo bonito”,
desde aquí le digo adiós
al que fue del fútbol Dios.
Autor: Lic. Gonzalo Ramos Aranda
Ciudad de México, a 29 de diciembre del 2022
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