Tal vez aquella mentira
fue la más grande
de tus escasas verdades...
Tal vez ese beso
que a escondidas me diste,
del Iscariote lo heredaste...
Dijiste no poder vivir sin mí
y lo mismo a otros infelices,
yo creyéndome el rey del cuento
en tu historia sin matices...
Tal vez me lo merecía
por no haber prestado atención
a quien fue mi gran amor...
Tal vez el castigo
fue el dulce dolor
que requería mi inspiración...
Hoy repaso nuestros instantes
y reconozco mi ceguera maldita,
haberte dejado entrar en mi vida
cuando fuiste siempre tan flagrante...
No reflexiones mi poesía...vívela