En un sueño profundamente mi alma reposa,
en el alba las primeras luces son sombrías y lánguidas,
torrentes que son gélidos fluyen bañando mi vientre,
mas carestía de acicates atizan mis incendios.
En el arribo del astro rey y en su despedida
miles de humores en mis mejillas se enmarañan,
lo mismo que el ardor de mis anhelos y mis afanes,
en lontananza sólo sus huellas vagamente se perciben
a causa de tu olvido y tu ausencia, me quedo en la ignominia.
Has dejado a mi alma trágicamente vacía con tu partida,
sin esperanzas de que vuelvas a habitarla,
todo voy perdiendo al pretender ser lo que soy,
y aquel amor que siempre buscaba, se escondió,
ese amor que tanto esperaba me ha desesperado,
tan insignificante resultó el mundo donde avanzo,
con mi vehemencia que transita en su fidelidad,
mas crueles e impiadosas siento las aflicciones
que a mis alas le imposibilitan realizar el vuelo
para emprender la travesía hacia el firmamento en su beldad,
donde las palpitaciones de mi corazón ya aguardan
para revivificarme, para otorgarme el bálsamo,
la alegría, la emoción, la locura, la ventura y la ternura
que apagarán las llamas que me propician el dolor.
Tétricamente mi corazón decidió distanciarse de mi ser,
para evitarme el encanto de amar y de percibir,
para evitarme la grandeza en la dádiva de ser pleno.