César Ortega.

Invierno cálido.

 Llegaste, no se para que, pero llegaste.

Entraste en con tu sonrisa y tu mirada, sin decir una sola palabra, llegaste.

Poco a poco vas entrando en mí, con tu sonrisa, tu mirada.

Ahora también tu tacto, Ese tacto con el cual encendiste mi corazón inerte.

 

Llegaste sin buscarte, sin pensarte, sin soñarte.

Llegaste y ahora te adentras, te busco, te pienso y te sueño.

Pero no es eso la vida. Solo un sueño porqué llegaste.

Buscarte, mirarte y soñarte, ¿Qué más puedo Hacer?

 

Acaso puedo mostrarte las estrellas, camino a San Miguel.

Cuando no te esperaba llegaste, con el invierno, eres un jardín de invierno.

Llegaste como la luz que tiritan los astros, entraste no solo con tu mirada, tu sonrisa y tu tacto.

Ahora entras con tus besos, Esos besos que destellan magia, que descongelan mi corazón.

 

Llegaste, noble, sencilla y hermosa,

Llegaste dulce jardín para transportar El invierno a primavera.

Llegaste libre como el viento y me enamoraste.