¡¡¡FELIZ DOS MIL VEINTITRÉS!!!
Sumemos días pasados
y llenemos los jarrones
con “cyclamens” colorados
y pongamos los porrones
con cava y vino espumoso.
Que no quiero los adioses
por solamente hasta luego
que se juntan días nuevos
que vienen avariciosos
con los que pongo en talego.
La entrada y salida de año
lo brindaré con porrón
viendo que también me apaño
cuando doy mi corazón.
Así, si no hay otra cosa
despedid el veintidós
y pongamos los deseos
en el dos mil veintitrés
y que nos vengan los días
siempre con buenos sorteos.