Llanto sin Control
Magda es una joven buena, hermosa, tiene unos ojos negros y posee uno de los caballos más largos de la historia familiar, Magda recorre de punta a punta un camino llamado “El camino de los malvados”, y en ese camino la hace llorar insistentemente. Magda es una joven de casi veinte años de edad cuando ocurre el llanto sosegado, en calma, pero, intranquila. Y llorando por todo, se le ocurre el desenfreno de ir y venir lejos en ese camino llamado “El camino de los malvados”, para hacerse sentir mejor, pero, va de peor en peor, la jovenzuela. La joven llamada Magda va entrando al camino y lo primero que observa es un peluche en un escaparate y la hace llorar y la magia descendente de la chica cuando llora incontroladamente se siente como no poder ser la misma que antes. Y sigue rumbo hacia el camino y nota que alguien llora desesperadamente y era una mujer que había perdido a su esposo en la funeraria, y pasa por allí, y se sienta en un mueble al lado de la mujer y llora junto a ella incontroladamente. Magda se aferra al llanto, a la tristeza y al dolor de la vida y de ser vivo en una ciudad que no para de hacer daño. Magda llora inconscientemente, con dolores extraños, y con un fuego latente de una ira silente y muy callada en su corta existencia. Magda sólo posee un gran sentimiento y es poder salir airosa de ese llanto que le aqueja tanto y por mucho. Va de salida de “El camino de los malvados“, y se apresura en ser como un idilio exasperante y desesperadamente inocuo, pero, ella es muy leal. La mujer llamada Magda si llora incontroladamente, y ni sabe porqué llora. La mujer de veinte años se hace notar en la desesperación de que su llanto no es un llanto de dolor ni de pena, sino un sollozo de amor, de gratitud, de compañía y de buenas vibraciones para acompañar en salud y brindar por amor en la amarga soledad con un sólo sollozo en que se gana un tiempo en que el dolor se aferra a la mala insistencia en crear un dolor mal adolorido en hacer valer el tiempo y más el sollozo de Magda en su rostro débil y compungido de un sólo llanto en el rostro dejando estéril al corazón y de un frío inerte en el alma buscando en el altercado una sola demostración en que se gana un buen tiempo, en que el deseo se convierte como la costumbre de ver y de sentir el sollozo dentro de sí. Y Magda calmando la tempestad y el tormento dentro de sí, se fue como la misma aventura en que el fuego latente de sus venas quedó como el delirio sosegado de creer en que el llanto sólo era incontrolable por las situaciones susceptibles en que Magda se halla. Y posee lo más bellos ojos negros y una caballera y tan hermosa como aquella vez en que sucede lo más inesperado de los eventos más candentes de todos los años, cuando ocurre el llanto incontrolado como si fuera una cebolla que corta al preparar un manjar suculento para su mesa. Magda hace una entrada triunfal en “El camino de los malvados”, cuando llora sin cesar e incontroladamente y sin destino la joven se halla si es muy susceptible y muy humana para tantas y diferentes malas situaciones de la vida. Y “El camino de los malvados”, es un camino extenso y tan largo donde existen muchos tipos de negocios, allí en ese camino se aferra al conmísero y mala situación en diferentes etapas de la vida. En ese camino se aferra al mismo llanto de siempre cuando ocurre el desenfreno de un llanto sosegado y soslayando en el tiempo cuando en el ocaso y Magda camina y pernocta en “El camino de los malvados”, cuando decide no llorar jamás, pero, su corazón siente un imperceptible instante en que se siente como poder llorar sin cesar. Cuando ocurre el único pasaje sin regreso de ese camino tan malvado allí ocurre el trance imperfecto de creer en el mal combate de dar con una cruel y en plenitud un llanto sin control y tan incontrolado que Magda se siente como una Magdalena. Si Magdalena lloró al Cristo, Magda llora sin cesar a la vida, a las cosas diminutas de la vida y del tiempo en una era en que todo ha cambiado para bien o para mal. Y las desavenencias de la vida y fracasos se contemplan desde una perspectiva de asombro lo que más hace y perfila a la vida llorar, como por ejemplo, un fracaso, la pérdida de una vida, o puede ser los éxitos, o buenas cosas de la vida, cuando ocurre el desastre de creer porque cuando en la vida, Magda llora sin contemplar absolutamente nada, es cuando Magda llora sin parar ni cesar, un llanto incontrolable desnudando a la vida de cosas buenas y malas. Cuando en el tiempo se cosecha un llanto sosegado, pero, intranquilo como poder llorar con ojos negros deseando que la vida sea buena en plenitud y por desnudar el tiempo ocurre como toda una vida en decadencias de tristezas. Si Magda solamente Magda se vio triste y muy susceptible con “El camino de los malvados”, y se vio intransigente, dolorosa, herida y compungida, cuando el tiempo ocurre como una triste verdad. Y se siente como una triste soledad en que se convierte en un perdido camino y es “El camino de los malvados”, cuando se siente llorosa, ambigüa, y sin temor alguno llora sin cesar. Y sin pronosticar futuro alguno se siente como un sólo desafío en dar una solución, pero, con temor es lo peor. Y que aún guarda en su interior lo que más se siente desde que Magda comienza a llorar sin parar invitando a los ojos a llorar con una amarga amargura y con llanto impetuoso y lleno de mucha tristeza. Porque en el trance de la verdad se aterra Magda con un llanto sin control, en su corta existencia cuando en el embate de dar una salvación se pierde en un llanto sosegado e impetuoso de un frío o de llanto en querer agregar a la vida un llanto impasible, pero, frío como el mismo hielo dentro del instante en que se va la vida con un llanto sin control. Magda llora, a pesar de la felicidad que siente en el reverso de la vida. Magda se aterra al frío insistente, al álgido viento y a la gélida piel. Porque cuando en “El camino de los malvados”, se siente Magda desorientada, herida, adolorida y soslayando en un sollozo clandestino, pero, real. Cuando en el tiempo y más en la soledad se percibe que el destino se aterra en un sólo llanto tan sosegado como intranquilo y los ojos negros de Magda corren hacia un destino infeliz cuando en el imperio de esos ojos se pierde las ganas de no llorar. Cuando se siente Magda como una sola verdad insistente e impoluta, pero, en el alma una sola luz tan clandestina como impetuosa y con un ímpetu se llena la vida de un sollozo infeliz en la vida de Magda. Cuando en el trance de la fría verdad se vio fríamente inocua e indeleble como el mismo frío y sollozando a la intemperie se vio álgida Magda como el dolor en cada suspiro que siente en su corta existencia. Si en el ánimo de creer en el alma muerta de creer en el sollozo clandestino, pero, intranquilo se siente Magda cruzando ese camino con tiempo y como el sabor dulce del néctar de la bondad. Y subiendo hacia el norte en ese camino, “El camino de los malvados“, cuando en el camino se da lo más pernicioso y lo más pertinaz en el momento en que se siente como el viento sosegado el alma de un sollozo clandestino cuando en el norte se percibe ansiedad y de un tiempo en que el aire sosega un delirio delirante de creer que en ese camino, sí, en “El camino de los malvados”, se siente como la alborada y se siente como un sol con una lluvia en tempestad. Cuando se aferra Magda a dar lo que ella sabe dar un llanto sin control, porque en el alma se percibe el desastre de amar lo que más ama a sus lágrimas y sin control la camorra en medra en un sólo espanto seguro de que las lágrimas no aumentan ni en tamaño ni en posición. Y el mar de lágrimas de Magda se ven en el instante de creer en el alma una sola señal en que el instante se percibe como el mismo dilema que dicta una mala sola corazonada. Cuando en el alma se siente como un pasaje de la vida en el tren de la existencia cuando barre el camino con sus pies adoloridos caminando y pernoctando en ese cruel y diferente camino. Y Magda da la salvación en querer llorar por los tiempos tanto malignos como benignos y queriendo atraer a la vida si se siente como la ida en ese camino malvado por donde se esconde el sacrilegio o el sacrificio de Magda en llorar sin control. Cuando en el alma se siente como el mirar y observar desde muy adentro desde que su instinto se ve como el ir y pasar del tiempo amlo hacia un buen momento lidiando en buena lid una reyerta en el alma. Cuando en el alma de Magda llora en el momento en que pasea por “El camino de los malvados”, cuando se crece en el alma un dolor ajeno, pero, que Magda hace de ella un dolor desde en su interior. Cuando en el instinto se siente como el dolor ajeno, pero, en el camino una ansiedad que desata un cálido torrente de salvación sin más que el mismo llanto sin control de Magda. Si Magda se entristece de un espanto seguro cuando en el embate de dar una sola señal se debate una sola mala insistencia autónoma en poder creer en el alma buscando el mal contemporáneo y al igual sollozando con un llanto sin control de la dama llamada Magda. Cuando arde el silencio en el alma de Magda se percibe como la forma más venidera en poder creer en el alma una sola persistencia en el corazón con un llanto sin control. Y Magda camina de mano junto a su compañero, pues, era un silencio aterrador lo que se perfila en “El camino de los malvados“, cuando Magda ve otro escaparate y viendo en silencio lo que se siente en el alma de una sola verdad en que el sollozo se percibe como el dolor insistente en poder dar un sólo llanto sin control. Y Magda se entristece de un espanto seguro en la mañana siguiente de cruzar “El camino de los malvados”, se siente impasible, impaciente y hasta en el mar de lágrimas de Magda una sola impaciente y con una sola desilución. Cuando en el alma en una sola verdad e insistente como la pureza de su alma buscando una sola salida de un sollozo sin calma y a plenitud y sin mirar atrás en el embate en dar y crear una sola sustracción asequible en una sola mala insistencia. Cuando por trabajar se percibe una mala sensación en hacer llorar con llanto y sin control a Magda y a sus más contrincantes compañeros cuando ellos están también perdidos en “El camino de los malvados”. Si Magda en el instante sabe del delirio sosegado en hacer creer en el llanto de sus lágrimas como una verdad en que el deseo se aterra de una sola verdad e insistente en poder creer en la más delirante de las verdaderas lágrimas que derrama Magda. Cuando en el alma de Magda se siente como un sólo silencio por combatir la pena, el dolor, la angustia y la desesperación de creer en el alma de Magda sucumbiendo en el trance de la vida sollozando en tiempos malos y tan perfectos como el volver hacia un frío destino. Cuando Magda camina en “El camino de los malvados”, y siente una forma de percibir el sollozo en poder amar a sus propias lágrimas cuando en el embate de creer en la mala situación se torna desesperadamente en un trance delirante y frío. Cuando en el instante Magda solloza como tener el llanto en el imperio de sus ojos negros cuando Magda cruza “El camino de los malvados”, y como cree en poseer el destino entre el llanto de dar a perfección una sola verdad en no caer sin sollozar el destino frío. Cuando en el destino Magda cruza el fuego de un cometido de sollozos clandestinos por bien o mal del propio porvenir incierto cuando se debate una sola mala insistencia en hacer creer que su sollozo era por triste convenio sin sospechar de que el destino se aterra en saber que la fuerza se debate entre lágrimas. Magda se perfila en un desastre entre la razón y el corazón en creer que la vida es sólo una porque el llanto se da cuando el alma no está rota de un espanto seguro si se acerca el ir y venir lejos de la realidad. Magda en “El camino de los malvados”, y llora insistentemente cuando cruza por la funeraria y llora la pena de un hombre de apenas setenta años cuando perdió a su esposa en un accidente y Magda llora la pena del dolor ajeno con un llanto sin control y en la zozobra de un tiempo en que se percibe el dolor ajeno calmando con un consuelo al alma de ése hombre. Cuando Magda sabe una cosa que su instinto devorador se entristece de un ocaso cuando el imperio de su llanto está petrificado entre sus ojos negros. Y con el llanto sin control se halla Magda buscando un sólo consuelo de ese llanto sin destino ni fulgor entre el corazón y su alma cuando se debate una sola compañía en consolar lo que se advierte entre los ojos negros un llanto sin control. Cuando en el ocaso de esa tarde se siente como funesto el instante en que se gana una sola verdad de que el alma no pierde luz ni un llanto sin control. Cuando Magda era una jovenzuela latente y muy jovial como el desastre de creer en el embate en soledad sollozando con un llanto sin control. Cuando Magda se siente como una sola verdad, cuando en la penuria de su llanto es un llanto sin control destrozando la forma de ver el cielo como lluvia sin frenesí cuando en la realidad Magda llora sin cesar. Si en el afán de atraer la forma de sentir se aterra a un infierno como el invierno frío se debe a que Magda siente un fuerte dolor en el corazón y es el dolor de un llanto sin control. La vida corre como la fuerza sin dolor cuando en el frío se debe a que el dolor se aferra a la insistente desavenencia cuando ocurre el deseo de un bien o un mal en la vida y Magda llora sin parar cuando se aterra su alma. Cuando “El camino de los malvados”, se aterra en saber que existe una mujer que solloza con llanto sin control desnudando el tiempo en que se advierte una sola razón sin perder el momento en que Magda llora con un llanto sin control. Cuando en el alma de Magda se siente como desapercibido el mal instante en que Magda llora con un llanto sin control. Cuando en el alma de un sólo deseo se vuelve incontrolable el llanto de un tiempo sin perder el llanto sin control cuando Magda cruza “El camino de los malvados”, si en el frío desenlace se siente como un imperio sollozando en el tiempo con un frío insistente en creer en que la fuerza se pierde y se debilita en saber que el destino se aferra a la mala insistencia. Cuando en el altercado se aterra Magda a la insistente insistencia en poder creer en el ademán y tan frío y tan sosegado de dar una verdad en que el instante se aferra a la mala consistencia en dar una falsa falsedad, pero, en una sola soledad y de un llanto sin control. Cuando en la reyerta en dar una explicación a ese llanto sin control se debe a que el instante se siente Magda con una soledad intransigente, mala e instable cuando en la furia y euforia se siente como una Magdalena y se aferra al desierto imaginativo de un numen en sosiego constante. Cuando en el frío se debate un invierno frío y álgido como estar presente en “El camino de los malvados”, cuando se aterra el frío instante en saber que Magda llora como la Magdalena con un llanto sin control esperando a que el tiempo transcurra como un imperio sollozando en el ocaso viviendo en un mal inconsecuente. Si en el tiempo y más en el transcurso del tiempo se espera a que Magda continúe con el llanto sin control desnudando a su piel, a su cuerpo y más a sus ojos negros desafiando el tiempo y sin soportar el mal comienzo de creer que en el instante se cuece de tiempo y de espera inesperada de un constante llanto sin control. Si se espera una inesperada situación cuando se enaltece el tiempo y más el ocaso dentro de la vida de Magda esperando a que el tiempo se sienta como se percibe el momento en que se espera a que el destino se aterra de una forma inocua, pero, tan real como poder ser verdaderamente en el instante en que se pierde el dilema en dar una situación en que se insiste en crear una sola razón. Si en el frío se espera a que dicta el corazón no llorar más con un llanto sin control e inmenso cuando en el instinto se gana una sola verdad en que se pierde el deseo de llorar más. Cuando en el tiempo se ama como un imperio sosegado de una espera tan inesperada como poder ser incierta la osadía de ver ese llanto caer derramado desde sus ojos negros. Cuando en el principio de su vida se siente como petrificar la espera de dar una sola mala confusión en dar una sola señal en que se gana o se pierde el gran deseo en advertir el delirio delirante de creer que en el trance perfecto se siente como desapercibido el imperio de creer en el alma una sola verdad. Cuando en el imperio de amar a sus ojos negros con llanto sin control se debe a que el instante se pierde como un altercado frío y como un mal presagio de sacrificio o sacrilegio automatizado en la espera inesperada de morir bajo el sollozo de un llanto sin control. Y como la verdad es fría de cruzar “El camino de los malvados”, como una vez en el camino una sola ansiedad en que se gana un llanto sin control y desnudando el ocaso en que Magda en “El camino de los malvados”, llora como la Magdalena al Cristo y en una interrupción del destino Magda mira “El camino de los malvados” y queriendo atrapar el llanto sin control se mira Magda a los ojos y mira a un fantasma. Y ése fantasma corre en ser como el instante en que se cuece el tiempo y más la osada osadía de entregar cuerpo y alma, vida y corazón enalteciendo la vida de ambos ojos negros y queriendo derribar al alma de un ocaso inerte, frío y descendente como la euforia en querer atrapar a ése fantasma, el cual, Magda descubre que existen entre sus ojos negros llenos de un llanto sin control. Y Magda llorando como la Magdalena al Cristo con un llanto y sin control se debate entre ambos instintos en que se pierde el deseo de ver “El camino de los malvados”, como un camino lleno de fantasmas inertes, inmóviles y álgidos como un tiempo en que se siente como el mismo frío entre sus ojos negros. Y Magda como el frío entre sus ojos negros se siente como un imperio sollozando en el tiempo y más con el llanto sin control. Cuando Magda pernocta en “El camino de los malvados”, cree en poder salir de ese camino, pero, realmente no puede porque trata de hallar a ese fantasma. Porque Magda intenta saber de ése fantasma cruel, desorientado, frío y terriblemente intransigente. Y Magda se siente como desapercibida la insistencia en que corre el tiempo y que es real en los ojos negros de Magda. Magda busca a ése fantasma inerte, inmóvil sin sentido en que el deseo de convidar el instante se debe a que el imperio de un tiempo se observan a los ojos negros de Magda llorar con un llanto sin control y ése fantasma es Magda.
FIN
Estrella de la Noche
Roberto, un joven delgado con sueños que están a punto por realizar, es un joven de cabellos oscuros y de barba gruesa y de ojos negros que decide abundar melodiosamente con canciones para cantar en la ópera. Roberto es un joven decidido, compasivo y hasta un jovial entrañable. Su instinto en ser un cantante lo lleva por el sendero de la magia universal de la vida y de la música. Roberto escribe canciones en pentagrama, pero, no es cualquier cosa, sino canciones de 440, la máxima exponencia en canciones perfectas en dicho campo musical. Roberto, se dice que quiere y desea saber una cosa que ser barítono no es algo del otro mundo. La magia y esplendorosa voz que posee Roberto lo lleva hacia el estrellato universal cumpliendo cabalmente con sus obligaciones y responsabilidades. Roberto es la estrella de la noche. Roberto hace demostrar sus cualidades fantasiosas, mágicas y controvertibles y hasta un poco alocadas, pero, todo le sale muy bien. Roberto hace magia para salir a cantar y a practicar ópera hacia el conservatorio de música de su pueblo, y es muy tedioso y muy difícil entonar una canción y hacer de esa canción una historia mágica con la voz en barítono, la cual, se perfila tanto como tenor perfecto en el área de la ópera. Entrañablemente se dice que Roberto posee ese megáfono de voz entre sus cuerdas vocales, pero, él desea ser la estrella de la noche. Y, sí, que lo fue.
Una noche en compañía de su compañera sentimental llamada Lluvia, lo acompaña hasta un concierto de magia trascendental y de ópera. A ella, no le agradó el rumbo que está tomando su novio, y así que le da a escoger entre ella o ser la estrella de la noche. Roberto entre la espada y la pared decide ser barítono. Y va rumbo a Europa en busca de realizar su sueño más aventurero. Roberto canta y muy bien que lo hace, pues, sus cuerdas vocales lo hacen merecedor de dicho evento majestuoso como lo es poder cantar con una soprano y hacer de la canción un evento sin precedente. Y llega donde imparten clases de barítono, o sea, de ópera y se matricula allí mismo dejando saber que su instinto va más allá de toda verdad razonable en ser un barítono. Roberto cree en ser como un cantante de ópera normal, pero, es que la magia que posee su voz es impresionante. Llega al salón de clases y posee la magia de cantar, el maestro tenor lo invita a hacer uso y demostración de su voz cuando canta la canción escrita por él titulada: “Labios de Azúcar”, la cual, dice así…
Labios de Azúcar
Tus labios de azúcar,
me dan rica sensibilidad,
si mis deseos no calman la tempestad,
cuando sólo me das la cruel libertad,
si me besas en el alma,
y en la calma me das esos labios de azúcar,
cuando por amar quedo yo,
si yo te amo,
es como difundir la verdad,
y en el corazón una locura,
cuado me dejas enloquecer,
con tortura,
si tus labios de azúcar,
me dan la salvación,
de una rica pasión,
en que me dejas saber,
de la rica tormenta,
que en tus labios me dejas saber,
y como por merecer me dejas amarte,
pero, son tus labios de azúcar,
que me dejan besarte,
cuando en el alma,
no me dejas besarte,
pero, en el odio,
me dejas quererte,
si son tus labios de azúcar,
con los que me besas más…
Cuando el maestro tiene la oportunidad de escuchar ese vozarrón de Roberto, sólo lo apartó del grupo de discípulos y le dijo en baja voz… -“tienes voz, Roberto, sólo quédate después de la clase quiero hablar contigo…”-, el joven de apenas veinte años se dedicó en cuerpo y alma a hacer un barítono fuerte y agudo siendo éste su voz más grave que la de un tenor. La vida de Roberto fue y será una inmensamente saludable, pues, en el camino de la vida se vio cambiando de casa en casa para poder realizar y cumplir con sus obligaciones de cantante de ópera, o sea, barítono. Esto no le agrada, pero, fue muy reconocido y hasta fue y es y será la estrella de la noche. Y lo invitan a escena a cantar una canción cuya historia es de un hombre que pierde los besos del corazón de su amada y la canción se titula así… “Besos del Corazón”... la cual, esta escrito como la escribió Roberto…
Besos del Corazón
Y tu insistente desafío,
cuando arde el frío,
en la piel,
sí, en el tiempo,
cuando en tu cuerpo hay luz,
pero, no da abasto,
cuando basta una soledad,
en que me das el abrigo de tu piel,
pero, no los besos del corazón,
y tu corazón sin besos,
me dejas en silencios,
y sin besos del corazón,
es con toda razón que me pierdo yo,
cuando me das hasta el alma,
y sin excusas gano yo,
a tu corazón sin besos,
sin besos que pedí yo,
si tu ausencia es para mí,
una manera de perderte,
perder esos besos del corazón,
cundo quedé sin razón,
y se detuvo el corazón,
en un instante en que te perdí,
sí, perdí a esos besos del corazón…
La interpretó de corazón, sólo pensando e imaginando que aquella mujer con la que solía salir cuando joven, si la había perdido por Roberto querer ser barítono. Perdió el amor de esa mujer, y al interpretar esta canción le salió una lágrima viva de su corazón sangrante de pena y de dolor. Roberto se ha hechado a llorar en pleno concierto de ópera y más fue la fuerza que dejó plasmado en el escenario la pureza de la agudeza de su entonación. Cuando por fin termina la interpretación y la canción se da vuelta y allí no está ésa mujer, la que él amó con todo su corazón, pero, la perdió por perseguir sus sueños.
Al, otro día, tiene que realizar una ópera de una historia de amor de la ausencia de los amores y escribió tanto y desechó tato papeles por escribir la canción, y hasta que un pajarito le susurró en la ventana la melodía que debe de llevar la canción, y la escribió así y la tituló así… “Tu Ausencia”...
Tu Ausencia
Amaste después de perderme,
me quisiste amar como a un perfume,
y yo quedé frío,
inerte e inmóvil,
y con el corazón entre nubes,
y volando entre tus alas,
caí entre tus brazos,
pero, tu ausencia,
me dio penitencia,
y caminando lejos,
quedé como un ciego,
y buscando tus ojos de luz,
caí en una tremenda desesperación,
con una pasión sin medida,
y tan cruda como en carne viva,
vivo por tí y lo sabe tu alma,
que después de entregarte,
a mis brazos en silencios,
quedé como luna sin luz,
pero, sintiendo un frío insoportable,
como sin coraje incierto,
quedé amándote aún más,
pero, desnudé hasta el alma,
y quise dar besos,
que te amaran con calor,
pero, el amor quedó entre tus labios,
y no quise más perderte,
cuando tu ausencia,
me dio insistencia,
y quise amarte también después,
pero, yo me quedé sólo con… tu ausencia…
Fue donde el maestro tenor y ya casi viejo, pero, con una basta experiencia le dijo que esta canción era excelente para la historia que desea interpretar en la ópera y que la practicara, y pues, subió a escena lo que se llama un barítono y entonó, con cuerdas vocales la melodía y se ganó el respeto, los aplausos y el carisma y más aún la admiración de un público, el cual, lo venera desde que se promulgó su voz como barítono de ópera. La vida de Roberto se electrizó su forma en converger de que la razón se gana y que su voz, sí, la podía perder, pero, sólo le queda la satisfacción en ser un buen cantante de ópera dando e impartiendo clases a tutiplén a los jóvenes que también lo admiran y que desean ser como Roberto algún día. Y Roberto con ésa soprano o contralto quiso practicar con demasiado ímpetu la cadencia, la agudeza, la voz, la canción en historia, la musicalización, y la escenografía y coreografía en el escenario donde Roberto todas las noches sube a escena a cantar y a entonar su mágico repertorio. Cuando en el trance de la verdad se vio friolento y tan friolero cuando en escena sube y entre el público está ésa mujer que él perdió antes de ser un barítono. Y cantó la melodía que pone fin a su repertorio, y la cual, dice y se titula así… “Lluvia en tus Ojos”...
Lluvia en tus Ojos
Importante es el alma,
esa luz que comienza en tus ojos,
pero, si hay lluvia en tus ojos,
esas lágrimas de dolor por mí,
no hay mayor dolor que amar,
y dejarte ir,
es como tratar de volver a tí,
con el dolor entre mis ganas,
de amarte más,
cuando imposible es el alma,
sin la luz que sale de tus ojitos,
pero, la lluvia en tus ojos,
no dejan de abrir el deseo,
de abrigar hasta el frío,
en la misma piel,
sólo déjame ir,
y sentirás el aire entre tus vuelos,
y sabrás que te amo más,
pues, regresaré a tí,
si me amas en verdad,
pero, la lluvia en tus ojos,
abren el deseo,
de embriagar lo que poseo,
cuando te quiero como la rosa a sus pétalos,
embriagado de olores,
a la misma piel,
y con una sola distinción,
de amar auque la rosa marchite,
pues, no hay mayor dolor,
que sentir el aire en la piel,
y si vuelo lejos quedo fiel,
pero, sin poder olvidar,
ni arrancar la lluvia en tus ojos,
quedo yo amándote una vez más…
Por último, cuando Roberto entona y canta como barítono esta melodía, se le dedica especialmente a ésa mujer que no supo convertir sueños en realidades y que prefirió quedarse sin sueño alguno mientras, que Roberto cumplió cin su obligación y responsabilidad por ser la estrella de la noche el cantante de ópera trascendental, majestuoso, vivo, veraz, con una fuerza mayor vocal y con la agudeza que entona melodías fuertes siendo un barítono de la gran ópera.
Esa noche le dolió en el alma ver a la mujer que amó en brazos de otro hombre queriendo competir por el amor de ésa mujer, pero, su voz quedó entrecortada, herida, sin rastro de lo que fue un día cuando esa noche se despide de su público majestuoso y trascendental cin una lágrima en sus ojos como la canción que interpretó por último al cerrar el “show” de ópera, el cual, fue de un éxito rotundo y quiso saludar a su público cuando ésa mujer se acerca y después de tantos años, aún, no se olvidan. Roberto la mira a los ojos con una lágrima de dolor por haber escogido ser barítono y no a ella en aquel tiempo. Roberto fue muy rico monetariamente, pero, muy infeliz en su vida diaria cuando el amor nunca lo encontró jamás y como una aventura en infortunio , así quedó Roberto en desventura y sin amor alguno. Roberto en todas las actividades del año tanto para los enamorados, vía crucis del Señor, para la pascua, festivales de verano, actividades de escolares, actividades de otoño y actividades de Navidad, en todo el año trabajó muy fuerte dedicándose de lleno a su labor como barítono. Nunca más logró hallar al verdadero amor sino que cumplió cabalmente con su responsabilidad como tenor siendo el mejor barítono pagado de la historia y aquélla mujer que amó y que no embarcó junto a él en el tren de la vida quedó sóla, maltrecha, abandonada y en soledad. Ésa mujer no quiso entregar sacrificio, ternura, amor, compasión y apoyo hacia Roberto. Y Roberto sólo buscó sus oportunidades en crecer, tener éxito y cumplir con lo prometido en ser un barítono y la agudeza de su voz cumplió cabalmente y en calibre automatizado su potente voz. Roberto quién es el maestro y discípulo de aquél tenor que creyó en él cuando llegó a Europa y murió su maestro, aquél tenor que le brindó mano amiga, apoyo y que siguiera adelante y sí que lo hizo Roberto. Y Roberto escribe y escribe sus canciones deleitando a su público como barítono de un espectáculo casi impetuoso y trascendental. La canción más resiente que Roberto scribe se titula ”Celos en el Corazón” con miras en dedicar esa canción a ésa mujer que perdió hace muchos años y dice así la canción:
Celos en el Corazón
Un amor con coraje,
con salvaje pasión,
y celos en el corazón,
no se detiene la voz,
y en el alma una sola razón,
en que se convierte en luz,
la sola alma,
cuando se divierte el corazón amando,
y una verdad en el sentido,
se aferra el alma,
cuando en la vida,
ocurre un sólo imperfecto momento,
se intensifica el amor,
como el dolor frío en la piel,
y en el cuerpo una sola verdad,
cuando ocurre el tiempo,
en amarte más,
cuando me das el calor,
y de un sólo deseo,
en el alma,
cuando ocurre el mal instante,
de creer en el desierto mágico,
de la cruel imaginación,
en volver a pensar en tus besos,
y en silencios se doblega la razón,
cuando pienso en tus silencios,
en querer amarrar el viento en la piel,
y de sentir a tus besos en el cuerpo,
y más en la piel y deseando ver el cielo,
quedo mirando al suelo,
y por querer volar trato de amarte,
pero, los celos en el corazón quedan,
y como un artefacto,
frío y directo,
de creer en el alma a ciegas,
quedo mirando el cielo,
en poder creer en la intensidad,
de la felicidad en tu piel,
y mirando el suelo,
caigo en tu piel,
y sin poder abrir alas,
quedo con la verdad de tus besos,
y en silencios,
me mata tu amor en el corazón…
Cuando esa canción se desvive con los celos en el corazón por amar a ésa mujer que lo dejó amando como un desamor incontrolable, con un dolor intransigente, cuando por culpa de ella, Roberto tuvo que elegir entre la música o a ella desnudando el silencio y humedeciendo el corazón de llanto pasajero porque Roberto escoge ser barítono y con la fuerza de su juventud con su potente voz y su corazón redoble latir se fue de rumbo a Europa a cumplir sus sueños y poder ser alguien en la vida. Los sueños de Roberto se hicieron realidad y cumplió cabalmente con su obligación llevando en su interior el desafío de ser un barítono y practicando la escena de esa noche se ve a Roberto con voz fuerte y aguda dejando en su voz lo inerte de una canción. Si Roberto hubiese escogido la mujer que amó ¿dónde estaría ahora?, ¡ay, cielo de mi alma!, ¿la hubiese amado?, y Roberto quedó con ojos sollozos en el tiempo y más en la escena que había subido a interpretar, su voz fuerte, aguda, tenaz, entonó todo su repertorio con una escenografía para enamorados, con una coreografía desnudando al amor y una escena que corta vena. Roberto se siente como un niño con juguete nuevo cuando en el afán de interpretar una nueva canción escrita por él se aferra en decir que está a punto de salir a escena con su obra maestra. Y la canción que sube a escena con Roberto es la que lleva por título: “Enredar tus Brazos”:
Enredar tus Brazos
Si eres como el silencio,
el que me abraza con tus labios,
por callar,
y enredar tus brazos,
esta mi alma,
sintiendo el fuego del juego de tu amar,
no calles más,
no me faltes más,
no te quedes sin mí,
si de mí crees en el instinto,
oscuro de un sólo tiempo,
pues, dame la luz,
esa luz que corre en tus ojos,
que por amarte quedo yo,
y sintiendo el coraje,
de un amor sin mal tiempo,
sin mal deseos,
porque enredar tus brazos,
en mi cuerpo es como abarcar el ritmo,
del tiempo en cada beso,
y en cada palabra que me dices,
dejar un adiós para luego,
con el fuego del juego de tu amor que me quema,
pues, que me abrace tu adiós,
porque enredar tus brazos,
es como deleitar la vida,
y en la misma herida,
es como desear abrir el corazón,
y con la misma razón,
tenerte abrazando el corazón,
y saber que en el instante,
se dedica en ser frenético como tu adiós…
Y así fue que entonó Roberto y añadió la endecha canción a su repertorio. Cuando dejó escena nota que su voz no es la misma, su voz entrecortada no canta igual ni es barítono por lo cansado, extenuado y desesperado que se torna Roberto al sentir y presentir que su mundo cae en redención automatizando la espera de notar una mejoría en su voz para así continuar la vida. Roberto no hace ni el mínimo caso a lo que dilucida su voz cuando se halla enfermo y no lo desea aceptar. Roberto en su afán de continuar ya su vida acostumbrada de barítono se electriza su acometido en hacer frenar la vida, pero, él no quiso eso sino que prosigue su destino, sus sueños y la esperanza en ser un mejor barítono. Su amiga la soprano contralto le expresa de su dolor de garganta sintiendo un fuerte dolor que la dejó sin voz y Roberto tuvo que hacer malabares para poder sustituir a su amiga e interpretó doblemente el repertorio con nuevas canciones y recordando a ésa mujer quedó Roberto pensando solamente en ella. Y no dejó que el mal tiempo zozobre en el trance directo de imaginar su amor por ella. La vida de Roberto quedó sin voz, sin lujos, sin manjares, sin aplausos, sin público, sin escena solamente el repertorio inolvidable de un barítono cuando cumplió cabalmente con su representación en escena como un barítono asequible, indeleble y sostenible, pero, su voz quebrantó cuando en última escena al interpretar la canción que escribió por último que se titula así: “Hueles a Dolor”:
Hueles a Dolor
Es el dolor fiebre en el alma,
como en el cuerpo una piel,
que canta con frío,
y un delirio en el alma,
que no aguanta el dolor,
pero, si hueles a dolor,
tal vez, lo soporte como al amor,
pero, en el amor todo se vale,
cuando en el alma todo es posible,
cuando arde en mi tiempo,
el deseo en volver a amar,
y quedo como el zumbido,
y en el oído un sólo latido,
que comienza con un beso prohibido,
y deleita el corazón,
amando, pues, el tiempo es de los dos,
como en el alma un dolor,
pero, si hueles a dolor,
es como sino estuvieras aquí,
y con el dolor en el alma,
pues, buscas en el temor de amar,
una sola razón,
para amar con el corazón,
y saber que el destino,
es como derribar el alma,
y querer amarrar el corazón,
con el amor en cada suspiro…
Cuando en plena escena Roberto siente una incisión oblicua en su corazón, fue un dolor muy fuerte, inconsecuente, sin consuelo, atrayendo a la muerte y quedó mal herido cuando un ladrón entró a escena y subió al escenario, el púbico creyó que todo era parte de la historia del repertorio, pero, no fue así. Cuando en el intercambio del dolor se vio fríamente tirado al suelo Roberto como un mojigato, como una daga punzante en su pecho. Roberto muere en escena y nunca más existe ni existirá un barítono como lo fue Roberto cuando se fue y se cree que no volverá jamás a subir a escena ni a cantar ni a interpretar otra melodía como el mejor barítono en la historia de la ópera. Y la mujer que Roberto había dejado por la ópera en gran medida ganó la soledad, la desolación, la tristeza, la ambigüedad, pero, la vida, la que es mayor que la propia razón y Roberto fue muy exitoso. pero, pierde la vida por lo que amó y muere en pleno escenario esperando a que el tiempo y su voz no dejara nunca de existir y su voz entre el eco en el salón de ópera siempre estará presente el mejor barítono de la historia de la ópera. Y el público se desbordó en sentimiento por la muerte súbita del barítono cuando la escena siempre sube en el escenario lleno de un público que ama a la ópera. Y trascendió que el vil momento se confundió con la escena de la obra maestra de la ópera y no fue así la realidad de que la voz y la vida de Roberto siempre quedará grabada, intacta, inmóvil hacia un salón de ópera, el cual, lo acogió apresuradamente y subió como la espuma queriendo cantar ópera con voz fuerte, aguda, y tenaz en un salón donde la fuerza, la voz cantan melodiosamente y se armoniza dejando al teatro la voz majestuosa del mejor barítono llamado Roberto. Y siempre fue, es y será la estrella de la noche en la ciudad de Europa como el mejor barítono del mundo, Roberto.
FIN