Para cuando sea leída esta poesía,
Yo me habré ido muy lejos,
A una remota lejanía;
A un paraíso eterno.
En donde las noches son día,
Y los días son primavera,
Donde sonríe la alegría;
Y la existencia es eterna.
Un paraíso ausente de dolor
Y carente de injusticia,
Donde todo es amor
Y eterna delicia.
Un paraíso de nubes blancas
Y cielos nuevos,
Donde llueve escarcha
Y maná del cielo.
Un lugar sin sol ni luna,
Sin azahar ni fortuna,
Donde las bendiciones existen
Y los sueños reviven.
Un paraíso con calles de oro
Y mar de cristal,
De incalculables tesoros
Y ambiente celestial.
Para cuando sea leída esta poesía,
Yo me habré ido muy lejos;
A una remota lejanía,
A un paraíso eterno.