Tu olfato vespertino
inaugurando el método la norma
donde se originan la causa y el efecto
la peculiaridad rancia, el transido elemento
su sustentación perniciosa, labia de un hueso
que quebranta su atención dirigida.
Oh trayecto de la ecuménica población
desastre natural de lo epopéyico, donde
guardas tu nariz con exceso de connotaciones.
Me gusta la vanguardia el país de los necios
su amonestación chistosa el bronco elemento
que perfora su trepanación de metal silente.
Conservo la guarida incitante, el brusco aspecto
desaliñado de tus poemas en solidaridad póstuma-.
II-.
Locura donde se prosternan todos los cálices:
dime si he de ofrendar tu sacrificio nocturno.
La ley última de un paraguas multicolor
el vestigio unánime y delirante de un erial torzuelo
la depravación sinónimo de guante.
Aplazas los delirios y en sus meandros
encuentras las playas desaparecidas de tus anhelos,
esas que formaste con tus arpegios delicados.
III-.
Cítaras observen la connotación última
esperen sentadas las piedras originales
los trayectos insólitos acumulen bolsillos
mis podredumbres adquieran vigor de elefante
y tú invalida la proyección de un rey en su declamación.
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