Es como sí me sacara los ojos a la fuerza haciendo que sangren al hacerlo, que esa sustancia que debería, que fué exclusiva, eso a lo que llaman amor... ese cariño que debería entregarlo con temor, ese sentimiento se quebró y hoy solo quiere aferrarse, regalarse...
Es como si se cayeran mis ojos, cómo si la ceguera llegara... cómo si necesitara deshacerme de esa sangre contaminada...
Porque una vez ví a quién más llegaría amar con los ojos en el suelo, desangrándose y buscando consuelo, hasta que sus manos llegaron a alguien, a más de uno, a mí y a muchos, a pocos y a nadie...
Ahora estoy desangrando cómo ella solía hacerlo, sintiendo como poco a poco me seco, cómo el cariño se hace desperdicio, mientras intento reencontrar mis ojos... mientras intento limpiar el piso...
Es como si me ahogara en mi propio cariño, es ver cómo todo en mis manos se resbala buscando donde dejar caer estos lagos de amor y desperdicio.
Y viene el temor de nuevo
\"Quiero hacer de tí mi capricho\"
Sabiendo que mi cariño hoy es más que solo un desperdicio, algo que se quiere regalar, ya no a quién se lo gane, tampoco a quién lo necesite, solo a quién se encuentre, con la esperanza de recibir lo mismo.
Y ahí viene el temor de nuevo
Jamás seré feliz siguiendo ese camino
No son sólo mis ojos los únicos que desangran, no son sólo heridas que cicatrizan en recuerdos...
Es la vena reventada que hace del amor un desperdicio, una hemorragia, que solo busca alocadamente ser correspondida entregándose una y otra vez a prueba y error... hasta sentirse conforme por un instante, delirando y haciéndose más delicada, hasta vaciar su interior, hasta que no quede suficiente ni para si mismo...
La sangre, ese líquido de vida... todos la necesitan... cómo el amor, cómo el cariño...
A veces necesita ser compartida, es símbolo de vida, es la salud misma.
Pero cuando alguien se obsesiona con darlo todo, dando hasta la última gota que le queda... puede ser un desperdicio...
Todos necesitamos de amor propio y no podemos vivir sólo buscando entregarlo con la esperanza de recibirlo a cambio.
La sangre es parte de uno mismo, hay sangre compatible y sangre que no, hay quienes a la fuerza quieren mezclar su sangre con la que no le corresponde hasta solo hacerse daño, hasta envenenarse, incluso contaminarse.