Gustavo Leni

UNA MUJER DE OJOS TRISTES

Lejana y triste

camina en soledad,

alcanzando la noche

alcanzando la eternidad.

 

Sus ojos resaltan

la interminable oscuridad;

su cuerpo se desangra

de tanto llorar.

 

Su piel sombría

avanza en la noche;

sus ojos tristes

dejan de brillar.

 

Nadie sabe

lo que sus ojos esconden;

nadie sabe

lo que ella ve al mirar.

 

Quiere subirse a una nube:

flotar y flotar;

quiere amarrarse a un sueño:

soñar y soñar.

 

Su destino desestabilizado

se deshace como niebla matinal;

su alma enlutecida se cubre

de oscura noche invernal.