Lejana y triste
camina en soledad,
alcanzando la noche
alcanzando la eternidad.
Sus ojos resaltan
la interminable oscuridad;
su cuerpo se desangra
de tanto llorar.
Su piel sombría
avanza en la noche;
sus ojos tristes
dejan de brillar.
Nadie sabe
lo que sus ojos esconden;
nadie sabe
lo que ella ve al mirar.
Quiere subirse a una nube:
flotar y flotar;
quiere amarrarse a un sueño:
soñar y soñar.
Su destino desestabilizado
se deshace como niebla matinal;
su alma enlutecida se cubre
de oscura noche invernal.