Tu hogar, emporio de Dios
Tu hogar, emporio de Dios
en la tierra,
frondoso lar primaveral,
donde la amistad
tiene forma de paz.
Tiempos de fe y unión permitieron construir
el sagrado lugar;
sucursal del cielo
en la morada terrenal,
donde todos tenían afecto inusitado para disfrutar.
Era tu paraíso
el Edén de todos.
Allí calmábamos la sed, paliábamos la necesidad, saciábamos la fe,
porque, donde estabas,
brillaba Dios, su piedad,
y nada nos faltaba.