Desde aquel día planee que todo sería diferente,
mi buena intención moriría.
Todo sería conveniente, un trago más a la perdición,
alimentaria con derroche al olvido de lo que me daño.
Utilizaría cada suspiro he intriga, toda buena y mala intención
Un afectado sería saqueado hasta lo más aprovechable,
No amaría un recuerdo, ninguna caricia a ningún ser.
Finalmente todo cansa y el alma caduca
se rinde ante los años y la soledad que abraza
el llanto es amigo de los días y las noches
todo fenece en la tristeza más profunda, cavada por el dolor de aquel ayer.
Un alma llora gritando un auxilio pues teme irse para siempre.