Rogó a las estrellas una última oportunidad…
Y su alma que aun levantaba pedazos le miro destinada.
Vislumbro aquel día sin informar su llegada,
Una sonrisa sin avisar, unos ojos le dieron la verdad
Fueron las palabras que no dijo y los momentos que no ocupó
Aquellos que le atrofiaron las veladas noches.
Pero también fueron sus ojos la agonía que no ocultó
Bailaba en su pensamiento el amarle sin derroche.
Su corona rebosaba de azul celeste
O fue su teñido cabello el que la pintó
El temía quererla y perderla con solo verle
A ella que era su reina pintada de azul que el creador le envió
Las letras de ambos cambiaron a voces bellas.
¿Pero cómo amarme esa mujer?, el solo la miraba capaz y sagaz,
La miró musa, la miró estrella...
Tan lucida, inalcanzable y fugaz.