\"Principiamos por hacer de un amor un placer...
Y él, se venga haciéndose después nuestro tormento\"
José María Vargas Vila/ Del rosal pensante.
Luz conciente de la noche oscura
así era el dialecto en la ternura de sus ojos,
en medio de ese océano los astros como espuma
borraron el arpegio del ocaso.
Y la encontré como hija de la noche.
El murmullo de su voz era eco de lo eterno.
Tomaba en la calidez de sus manos
la vida de mis sueños
el silencio jugaba con sus cabellos
una suave esencia a nardo todo envolvía;
el cuarto menguante de la luna en su sonrisa
se posó en las ondas de la laguna
mientras su alma llovía.
Mientras esas sílabas perdidas de su nombre
eclipsaban alientos profundos de mi boca.
Y su imagen corría por el sendero
besando la indentación oculta de las sombras.
El tiempo volviéndose arena, ahora es recuerdo
si en algún momento fue placer... Hoy, hoy
de la última primavera tormento.