Ben-.

Ponerle nombre-.

El alma siempre lejos

varada a la altura del puente

congelada témpano sin hielo

desde la imagen recóndita

hasta el subsuelo de las primaveras.

Varada sí, pues no tiene contento:

administra bien su sabia derrota

extermina la presencia de un duende

con su apología de sueños impolutos.

El alma siempre lejos

con su forma de esqueleto

doblegado a los impulsos

de un centenar de rabias.

 

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