“Palabras que nunca fueron y que nunca llegaron,
versos agonizantes que en mi mano, cobarde,
también callados, oprimidos, todos fueron silenciados;
versos que de esperar lloraron mañanas vestidas de color,
y de soñar soñaron alegrías locas como de besos de amor.
Palabras que perdidas entre bosques inventados,
hasta por buscar, buscaban en silencios, abrazos tatuados;
palabras que perdieron la vida, y la vida muda quedó,
palabras que sin vida llegaron,
palabras que el corazón, jamás escuchó.
En este momento de silencio de todo,
de papel vacío y blanco de nada,
de tristeza grande y fuerte de miedo,
de mañana incierto de verdad,
en este momento de tanta adversidad,
miro mi mano y ella, como obedeciendo otra vez más,
me deja este verso… tan lleno de verdad”.
(Jpellicer)