Yo persigo todo tiempo
de tu desnudez redonda,
total, doliente, sofocada.
Son signos recurrentes,
aquellos tramos transitables
de tus bosques perfumados.
A veces bebo
de tu boca los días
como ríos transparentes.
Tan lejos de ti
y sin embargo, tú siempre
desanchas las orillas de mi memoria.
Para irrumpir nuevamente
en el aire cansado de la noche,
yo aprieto versos y te alcanzo...