Fabio Armando Urrego Valderrama

Colombia

Rendido ante el ocaso de mis sueños,

distante ya de todos mis empeños,

yo que anhelé ser llama deslumbrante,

viento libertador, voz resonante

mis lágrimas te ofrezco cual poesía

que lave mi vergüenza, Oh patria mía!

 

Patria que Dios en Su bondad suprema

creó con visos del mejor poema

dándote mares, regias cordilleras,

lagos, ríos, llanos, selvas y praderas;

toda clase de plantas y animales,

climas sin par y bienes naturales.

 

Patria que Dios, misericordia extrema,

bendijo e hizo Su jardín emblema.

Nada te falta, te abundan los talentos,

eres semilla de genios y portentos,

hombres pujantes, mujeres fascinantes;

mentes geniales, propósitos brillantes...

 

¡Sí, amada Colombia! ¡Sí, patria querida!

Cómo avergüenza tu pena inmerecida

al alma que ve y nunca hace nada

por sacarte la daga que tienes clavada 

y librarte por siempre del torvo asesino

que implacable mantiene en dolor tu destino! 

 

En qué momento, debo preguntarte;

logró Satán, ha siglos engañarte,

trayendo muerte, ambición y maldad

en las carabelas de la cristiandad?

Cómo, a pesar del cielo liberarte,

pudo Belial volver a defraudarte?

 

Por qué, ya triste, desflorada y rota

por el extraño, y cierta su derrota;

bandidos de oprobios y bajezas,

malversaron tus fuerzas y riquezas,

partiéndote cual piedra del camino

sin respeto por la gracia del Divino?

 

Por qué ignoraron e ignoran tu nobleza,

tu historia, tu suplicio, y tu grandeza?

Por qué olvidan a Galán, Caldas, Ricaurte,

magnos autores de la epopeya \"amarte\"

y el tributo que pagaron por tu espacio

“La Pola\", Antonia, Camilo y Atanasio?

 

Por qué vencidos el tirano y su terror, 

fueron más fuertes la envidia y el rencor,

el odio, la ambición; ¿la infamia y la maldad?

Por qué hoy canallas; vestidos de bondad,

te despojan y desangran sin clemencia

con cantos de lealtad o de insurgencia?

 

Patria que fuiste centelleante un día

la Gran Colombia que Simón pedía;

cuán triunfal ondearía tu estandarte

si tus hijos en vez de irrespetarte

honrasen con amor tu gran bandera

como él te honró y amó su vida entera!

 

¡Ay Patria mía! ¡Oh inspiración de cientos!;

cuántas odas de libertad en tus vientos,

cuántas historias de amor y sacrificios,

tintas en sangre de guerras y armisticios!

Cómo me duele saber que te quebrantas

sin que haya un alto en todas las gargantas!

 

¡Cuánto me hiere! - lo siento desde niño -

lo hecho a Sucre, Bolívar y Nariño

tres próceres insignes traicionados

por dos Judas y más desvergonzados 

que apoyándose en nesciente multitud

usurparon su esplendor, gloria y virtud.

 

¡Oh insignes mariscales !, Oh próceres sin par

que disteis a Colombia derecho a gobernar;

cuánto falta a la patria vuestra forma de ser,

vuestra limpia conciencia, vuestro fiel proceder;

pues transcurren los siglos y se muere la flor

que sembrasteis con sangre, patriotismo y valor!

 

Fabio Armando Urrego Valderrama