Rendido ante el ocaso de mis sueños,
distante ya de todos mis empeños,
yo que anhelé ser llama deslumbrante,
viento libertador, voz resonante
mis lágrimas te ofrezco cual poesía
que lave mi vergüenza, Oh patria mía!
Patria que Dios en Su bondad suprema
creó con visos del mejor poema
dándote mares, regias cordilleras,
lagos, ríos, llanos, selvas y praderas;
toda clase de plantas y animales,
climas sin par y bienes naturales.
Patria que Dios, misericordia extrema,
bendijo e hizo Su jardín emblema.
Nada te falta, te abundan los talentos,
eres semilla de genios y portentos,
hombres pujantes, mujeres fascinantes;
mentes geniales, propósitos brillantes...
¡Sí, amada Colombia! ¡Sí, patria querida!
Cómo avergüenza tu pena inmerecida
al alma que ve y nunca hace nada
por sacarte la daga que tienes clavada
y librarte por siempre del torvo asesino
que implacable mantiene en dolor tu destino!
En qué momento, debo preguntarte;
logró Satán, ha siglos engañarte,
trayendo muerte, ambición y maldad
en las carabelas de la cristiandad?
Cómo, a pesar del cielo liberarte,
pudo Belial volver a defraudarte?
Por qué, ya triste, desflorada y rota
por el extraño, y cierta su derrota;
bandidos de oprobios y bajezas,
malversaron tus fuerzas y riquezas,
partiéndote cual piedra del camino
sin respeto por la gracia del Divino?
Por qué ignoraron e ignoran tu nobleza,
tu historia, tu suplicio, y tu grandeza?
Por qué olvidan a Galán, Caldas, Ricaurte,
magnos autores de la epopeya \"amarte\"
y el tributo que pagaron por tu espacio
“La Pola\", Antonia, Camilo y Atanasio?
Por qué vencidos el tirano y su terror,
fueron más fuertes la envidia y el rencor,
el odio, la ambición; ¿la infamia y la maldad?
Por qué hoy canallas; vestidos de bondad,
te despojan y desangran sin clemencia
con cantos de lealtad o de insurgencia?
Patria que fuiste centelleante un día
la Gran Colombia que Simón pedía;
cuán triunfal ondearía tu estandarte
si tus hijos en vez de irrespetarte
honrasen con amor tu gran bandera
como él te honró y amó su vida entera!
¡Ay Patria mía! ¡Oh inspiración de cientos!;
cuántas odas de libertad en tus vientos,
cuántas historias de amor y sacrificios,
tintas en sangre de guerras y armisticios!
Cómo me duele saber que te quebrantas
sin que haya un alto en todas las gargantas!
¡Cuánto me hiere! - lo siento desde niño -
lo hecho a Sucre, Bolívar y Nariño
tres próceres insignes traicionados
por dos Judas y más desvergonzados
que apoyándose en nesciente multitud
usurparon su esplendor, gloria y virtud.
¡Oh insignes mariscales !, Oh próceres sin par
que disteis a Colombia derecho a gobernar;
cuánto falta a la patria vuestra forma de ser,
vuestra limpia conciencia, vuestro fiel proceder;
pues transcurren los siglos y se muere la flor
que sembrasteis con sangre, patriotismo y valor!
Fabio Armando Urrego Valderrama