Tus ojos se volvieron como el viento
acariciando el océano de mi alma
un fuego de primavera, en calma
envolvió la dulzura de tu aliento.
Tú ser, tu cuerpo, se volvieron una
misma naturaleza en un sentido,
sobre el prado de tu pecho un latido
formó una flor con pétalos de luna,
la cual toqué, ¡Oh tan bella utopía!.
Esta mortalidad me hizo pequeño
cuando tu pureza, en mí llovía.
Caminé tus senderos bello ensueño
todo, todo en ti fue versos, poesía,
esa tarde contigo, dormí un sueño.