La distracción me hizo tropezar contigo y la pena reflejada en la sonrisa torcida, y las disculpas dadas, y el impacto de la belleza que mis ojos apreciaban segundo a segundo, y tu timidez con la mirada al piso; sonrisa dulce, rostro tallado a mano, tropezaría contigo cada mañana con tal de poder verte, para estudiar tu boca preciosa sonriendo a causa de la vergüenza que te genera nuestra torpeza. Y así algún día yo animarme a preguntar tu nombre, de dónde eres, para dónde vas. Atreverme a invitarte un café, hacerte reír tanto que te sientas a gusto, robar tu número y hablarte en la noche antes de dormir, desearte los sueños mas hermosos y que me lleves en el pensamiento.
Creerás que estoy loco, pues ni te conozco, tal vez deba darte la razón, quizá tenga que callar y dejarte pasar. Continuar mi camino y convertirte en mi amor platónico, llevarte en la memoria sin que sepas y cuando pases frente mío imaginar nuestro encuentro con mi nombre en tus labios.