Izandro

Seducción

 

Me seducen tus miradas,

Y las palabras que se amparan,

En la oscuridad de tu silencio,

Me seduce la lluvia que te baña,

De dulce brillo y escarlata,

Y también el abrigo de lana, que se roba mis abrazos;

Me seduce tu perfume,

Con ese aroma que me obliga,

A cerrar los ojos y a retener eternamente,

Ese olor, muy a ti,

Me seducen tus cabellos,

Cuando oscuros son la noche,

Iluminado por mil estrellas, de rocío tan nocturno;

Me seduces con tu andar,

Y las huellas de tus pisadas,

Que descalza has sembrado, en toda tierra virgen;

Me seduce tu sonrisa,

Y el rubor intacto de tus labios inocentes;

Me seduce recordarte y pensarte en las mañanas,

E imaginar que despiertas entre mis brazos,

Después de cada noche,

Cobijada entre mis sábanas;

Me seduce la historia de tus manos,

Y cada flor y remanso que hayan tocado,

Me seducen las líneas y los surcos de su piel,

Porque en ella dejaron huella,

Los pétalos y la arena acariciados,

Y unidas en rezo tus manos son…

Como una rosa virgen,

Que seduce al sol de las mañanas.