Quiero comenzar este hermoso día dándote gracias Padre de la gloria, por tú amor incondicional, gracias por guiar mis pasos y llevarme en tús brazos cuando mis fuerzas fallaron.
Tú abrazo y tú consuelo durante la adversidad, me mostró tú misericordia y tú equidad, me indicaste el camino y por medio de tú precioso hijo me enseñaste lo genuino de amar y ser amado, porque su amor lindo y majestuoso me libró del infierno al morir en una cruz por mi y por la humanidad, al hacerme nueva criatura, al limpiar mus vestidura con su sangre carmesí.
Gracias a ti avanzaré sin sucumbir, hasta llegar a la meta, teniendo la fe y la certeza que al Dios al quién yo sirvo es el Dios de lo imposible.
ENEIDA J BRAVO R
POETISA DE JESUCRISTO
EL BAÚL-VENEZUELA
05/01/2.023
08:10 a.m