ninfadora
MUERTA
Exhalé mi último aliento a solas,
Hace tiempo, mucho tiempo,
La muerte…
Pidió mi alma
Vino a mí,
En esa agonía de tantas horas
Morí cuando el corazón se canso de palpitar
Cuando mi cuerpo se canso de caminar,
Morí…
Si morí la luz de vida en mi se apago;
Mi ser inerte quedo entre las sabanas de este camastro,
Que fue el último lecho donde alguna vez hice el amor,
Ahora estoy yaciendo fría y con rigor
Y sin carne que me cubra soy solo huesos
Hediondez, carroña y podredumbre,
En este catafalco ya viejo por los años,
Tan viejo como el tiempo implacable
Que ha pasado absoluto y me ha convertido,
En una sombra, un fantasma con andrajos huecos
Que vaga solitaria y desolada,
Que camina silenciosa bajo el abrigo de la noche
Y por los vivos ya olvidada,
Amparada por la luna llena
Que alumbra mi sendero oscuro de soledad,
De soledad eterna…
Mientras mi mirada vacía se pierde,
Apagada y desamparada,
Al tiempo que mis gritos tristes
Se ahogan en lo profundo del eco,
Que se hunde desolado en la noche
Y al terminarse mi tiempo de andar
Por los crepúsculos espectrales,
Vuelvo de nuevo a ese camposanto oscuro,
Y de lapidas tétricas…
Que es la necrópolis de los muertos
Regreso con mi frialdad perpetua,
Donde me espera una tumba fría, enmohecida,
Gastada, por el tiempo consumida por el olvido
A ese sepulcro regreso para seguir en un sueño eterno,
Dentro de un ataúd donde reposan los escombros…
Y la carne putrefacta y hedor,
De una mujer…
Muerta.