Tu cuerpo, tu boca, tus cabellos, el luto en tu entrecejas. Los cauces, el otoño que visten tus ojos, el invierno cuando estás callada y estás plagada de mariposas. El parafraseo cuando dices que me odias.
El campanario, las estrellas, las flores que rodean el pubis. Tu corazón que expresa los dones naturales y expande la alegria en mis acaudalados momentos de tristeza.
Los capihues que denotan tu belleza. El desasosiego del estío y el calor cuando caen tus besos
y te pronuncias a mi cuerpo y caen meteoros furiosos.
Eres prosa, vino, copa, mar, amor, el deseo de los bardos y solitarios.
Todo vive porque tú vives.