Despierto renovada, por fin la enfermedad se ha ido,
es brillante el cielo azul bañado de reflejos dorados;
este aire invernal que abraza es de sumo, encantador,
me anima a despabilarme e intentar de nuevo a ser.
La radio anuncia toda una movilización por la captura
de uno de los narcos más pesados de la república mexicana;
debo actuar con vehemencia si pretendo lograr la meta,
las distracciones son muchas, pero continuaré mi lucha.
Primeros días del año… sin propósitos, pero con el apuro
de culminar proyectos pactados; sin querer perder la calma,
me remonto al horizonte para recobrar los bríos del alma;
Dios fortalece mi espíritu y como siempre, vuelvo a empezar.