Sé bien que solos estamos,
nadie estará a nuestro lado,
ese momento esperado
cuando en silencio partamos;
sé bien que cuando vayamos
a nuestro juicio sagrado,
poco nos habrá ayudado
la gran fama que ganamos;
vivamos siempre pendientes
de todo lo que hacemos,
no arrebatos ardientes;
los espinos que sembremos
serán cuchillos hirientes
que con dolor pagaremos...