Entre rezo y devoción
para llegar hasta el cielo
yo prefiero la pasión
que ofrece tierno desvelo.
A dios no pido perdón
por obtener el consuelo
de esa sublime emoción
que quita del alma el duelo.
Si el infierno es mi castigo
por adorar la mujer;
en una tórrida orgía
mi bendición le prodigo;
y a casa de Lucifer
yo me voy con gran placía.
Autor: Aníbal Rodríguez.