Dueños de nada…
ni aún de lo exterior,
menos de lo interno.
Jugamos con el destino
creyéndonos ser los amos
no podemos liberarnos
ni en diferentes caminos.
Encontramos lo sublime
en nuestra entrega de amor.
Suspendidos en la nada
ahora quema el olvido.
El amor es libertad
y a la vez esclavitud
cautiva soy de tu amor...
tú eres amo de mi vida.
Al final y a pesar de todo,
¡no somos dueños de nada!
Annabella
26 de Septiembre, 2010