Rafael Parra Barrios

¡Hermano!

 

 

Vengan acá, hermanos míos,

que los quiero abrazar,

deseo apretar sus manos,

anhelo amor fraternal;

no es por mero capricho

ni por cosas del azar,

es por nuestra madre,

insignia celestial,

que nos enseñó a amar,

siendo un apego,

es nuestro deber, honrar.

Somos consecuentes

luchadores de la vida,

unidos en lo trascendente

de la lontananza global.

Estemos donde estemos,

en el norte o en el sur,

un raudal de amor y luz

nos cubrirá de afectos.