La música forma parte de nuestras vidas, llenándonos de ritmo y alegría o bien nostálgicamente recordamos momentos especiales al escuchar ciertas melodías. Mi pueblo ha gustado de la marimba, en las noches de domingo luego de los servicios religiosos, las familias se reunían en torno al kiosco del parque a deleitarse con las vibrantes melodías arrancadas de las teclas morenas de la marimba. El concierto dominical permitía que los jóvenes se conocieran, ya que caminaban en círculo mientras escuchaban la música; intercambiando miradas y piropos en los interludios de las piezas musicales.
Hubo marimbistas muy diestros que le dieron vida y gloria a nuestro símbolo patrio ¡la marimba!
Alguien regaló una marimba a nuestro pueblo, a la que llamaron “Alma Cabañeca”; amenizó ferias, eventos oficiales, cumpleaños, aniversarios y los conciertos dominicales que magistralmente tocaba Don Juan Aquino, Don Toño Tovar y su hijo Abraham, Don Carmen , Don David y Don Emiliano Ortiz entre muchos otros-ellos fueron los que yo conocí-
Luego, este instrumento fue dando paso a otros cuando los conjuntos de rock y música pop empezaron a sonar. Pero, gracias a estos maestros y a otros que les sucedieron un grupo marimbístico joven se formó y han vuelto a rescatar una tradición tan propia de nuestros pueblos, la música de marimba. Hoy vemos a este grupo de “patojos” amenizando celebraciones dentro y fuera del pueblo o de cuando en cuando un concierto dominical.
Es bonito ver a los jóvenes mostrar su talento con este instrumento sin estudios de música formal, únicamente van siguiendo su ritmo…un nato oído musical.
¡APLAUSOS A LOS JÓVENES INTÉRPRETES!
Mirna Carranza