Calientitos en un rincón de la choza
Nuestros cuerpos apenas se movían
Galopar tu corazón yo sentía
Mi crisálida y esbelta mariposa.
El frío lentamente te consumía
Y el mío de abrigo servía a tu cuerpo
Para protegerte de la rudeza del tiempo
Con nostalgia nuestro último invierno se despedía.
Tu cuerpo frágil se estremecía
Entre las sabanas y el calor de mi cuarto
Tus caricias me entregabas sin ningún recato
Y el invierno enfadado me veía.
De aquel invierno recuerdos solo quedaron
En los fantasmas y sombras del ayer
Y en las memorias de ese taller
Que nuestras mentes hoy recordaron.
Gotitas de agua cristalinas
Con nuestras lagrimas se confundían
Y a lo lejos los ecos de un adiós se desvanecían
Como nieves perpetuas en la sima de la colina.
Angel Rafael Anaya Puerta.
Todos los derechos reservados a su autor
Código de registro 9202284-L09