Primer pensamiento:
Si miro arriba no hay nadie, si mirase abajo sufriría el vértigo, si miro adelante solo mí futuro.
La verdad no necesito quien sacie mi razón de seguir estando vivo, no temo de comer los frutos,
pues yo soy mí propia luz.
Segundo pensamiento:
Sin embargo, los sacros besos tuyos hacen que ante todo eso que tu etéreo resonante me habla discuta aún si algún alma fué artífice de esa tuya perfección, única razón de que ante ti me postre, un posible imperfecto dios creador.
Talvez toda razón eres tú.