Sola, mirando el espejo retrovisor de mi destino. Palpando, una vez más, ese algo misterioso que cada tanto sacude lo profundo de mí ser. Ese avanzar a tientas, ese tropezar constante. Ese andar perenne sobre las líneas del camino.
Mírame. Entrelazando entre mis dedos la cadena de versos que nadie leyó.
Aguas cristalinas de océanos profundos
Danza del pasado
Noche de noches
Dónde se agita el último palpitar
Dónde las horas
Dónde el fuego del mar
Imagen: Créditos a su creador.
Luz Marina Méndez Carrillo/07/01/2023/ Derechos de autor reservados.
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