Antes que horas me comieran cual bui3
cuando aún tenía un rostro sin0
ví en las letras mi guía y mi lu0,
más solo fueron cuentos de pupi3.
°
Los golpes de la vida son beli3
como estocadas diarias de un lan0
que convierten al monje en hechi0
y a los porcelanatos en sali3.
°
Mi suerte con ases desenfoca2
rompe mi ojeroso garga1000000
en vidrios rotos, sueltos y afila2.
°
El tiempo me descostra el ras1000000
y hoy vivo con mis versos inspira2
soñando ganar... mi primer 1000000.