Siempre has sido y siempre seras, siempre que camino, a donde quiera que vaya, tú vas.
En las tazas de café matutino,
en mis manos que necesitan calor,
en el frio de un invierno tardio,
donde quiera que tú estes, yo estoy.
Aún con mis ojos entrecerrados, escuchando a un ave cantar,
con el sol saliendo o escondido,
en el frio de la mañana, tú estas.
Mirandote a los ojos me imagino, escribiendo una vez más para ti,
pensando en palabras y en versos,
que por la mañana te hagan sonrreir.
No sé si leas esto, no sé si lo veras, pero recuerda que tú siempre has sido, y tú siempre seras.