Limpio los desperdicios de mí mesa;
Alegrando sus días, despejando miseria;
Descubriendo el favor en el tablero;
Exponiendo talentos ocultos de este viejo;
Llego a bajarme disfraces de payasos
Malos capaces de asesinar corazones.
Investigo los sedimentos del alimento
Agito templo cuando jacto conocerme.
Ya no fardo, suelto reo, paso lapicero;
Que el escrito sea anzuelo al consuelo;
La constancia la farmacia
Los pequeños logros la medicina
Que sanaran heridas si le permites ser libres.