Sentada al filo de la tarde
con la mirada en el vacio,
dibujando el estandarte
de un porvenir sombrío.
Con mi mente haciendo materia
de mis más profundos temores,
trato de calmar la histeria
de ver perdidos mis amores.
El pasado haciendo burla
de mis pérdidas futuras.
¡Presente, lleno de dudas,
olvida ya las desventuras!
¡No ha llegado tu momento,
tu fin no tiene un horizonte,
deja a un lado el sufrimiento
aunque el dolor no te conforte!
Los deslices y derrotas
son parte de la vida,
sólo vives cuando notas
el valor de una caída.
Si la muerte se avecina
no la ignores, hazle frente,
el cariño que te guardan
seguirá siempre presente.