Concibamos palabras,
que rasguen el silencio,
que nos confronten con nosotros mismos,
y venzan la ausencia,
que, de vida a lo ignorado,
y sea raíz y rama,
que fecunde los sueños.
Concibamos palabras,
para desnudar las contradicciones,
que rescaten memorias,
y expulsen el olvido,
para carear la muerte,
y advertir lo inmortal.
Concibamos palabras
que intuyan poemas,
que aniquilen la guerra,
y atraviesen el alma,
para dar sentido al anhelo,
y acariciar el deseo,
que apaguen las luces,
y enciendan los juegos,
que iluminen la noche,
y despierten los dioses,
que nos cierren los ojos,
y den vida a las manos.
Concibamos palabras,
como concebimos los besos.