En todo, todos y todas partes
Fusionada en la Andrómeda de mi constelación
En el ciclón de una despiadada brisa primaveral
Te veo impregnada en la frescura de una tasa de té
Merodeando fiera como el humo santo de las hierbas místicas
Yaces latente en el pensamiento indeleble.
Las hadas y las estrellas me lo recuerdan
También la bohemia y el azul del mar;
Tatuada en la katana hiedra de mis heridas samurái
Sobre el sombrío templo de acero negro...
La fortaleza impenetrable de la majestad;
Dazas de ensueño en los dulces pétalos de mi bonsái cerezos
Decorando así el paisaje ancestral que siempre ha sido y quiso ser.
Al reposar la cabeza sobre un puñado de libros me doy cuenta
Que con la compañía de 20 gatos
Mis amigos imaginarios
Puros lienzos
Y una fogata tibia sobre el prado yerbatero
Es más que suficiente para sacarme un suspiro y la prosperidad de una sonrisa:
La simplicidad de una vida eterna la alberga el universo de nuestra poesía...
Bien sé que al hablar o escribir de ti
Mil vueltas en mi cabeza se quedan lerdas
Porque te quiero tanto y me hacéis volar de la emoción;
Con ésta jodida canción sólo te quiero decir,
Además de te quiero,
Que te pienso y te veo a donde quiera que yo voy.
¿Acaso es amor? O una terrible obsesión
Mi corazón... Si tan sólo lo supiéramos.