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Mujer bendita...

Bendita tú,

y bendito el día en que te vi…

y el instante en que tus ojos se posaron sobre mí.

 

Bendita tu manera de llegar…sin avisar,

la espontánea experiencia de coincidir,

la feliz casualidad de poderte hallar…

y acabar en la misma forma de sentir.

 

Bendito el tiempo…

que me trajo a los albores de tu ser,

y me ha dejado extasiado de tu atardecer,

atrapado en tus ocasos,

y prendido de tu manso amanecer.

 

Bendito el sabor de tu presencia,

la más dulce experiencia…

que alejó la soledad de mi existencia.

 

Bendito el sol que ilumina tu semblante,

y enciende tus ojos más allá del horizonte.

 

Bendito el viento que acarrea tu perfume,

que riega el ambiente con tu aroma,

que hechiza el alma y me consume.

 

Bendita la luna solitaria…

compañera lenta de tus noches brunas.

 

Benditas tus manos llenas de caricias,

y tus labios atestados de delicias,

y tus sueños colmados de esperanzas.

 

Pero bendita tu piel suave…

ardiente y sedienta de mimos.

 

Bendita tu…Mujer bendita,

de pechos como de miel,

de vientre fecundo de vida…

y caderas de placer,

de muslos largos…senderos inevitables…a tu éxtasis total.

 

Mujer de erotismos ardientes contenidos,

y de pasiones disimuladas.

 

Bendita tu magia…

de besos placenteros…deliciosos…guardados,

de deseos exaltados… húmedos…a punto de estallar.

 

Bendita tu… Mujer soñada,

encanto divino…pasión enamorada,

te has convertido de manera inesperada…

en la perfecta razón de mi destino.