Hector Loaiza

Nunca digas no

Nunca digas no porque me moriría así como mueren las flores, las plantas y la espuma que sube al racimo del tiempo.

 

¡Calla! Amor mío, que de tu boca no broten palabras de espigas o espadas sangrientas o locas costumbres de dolores porque herido voy andando por la vida anclando mis recuerdos melancólicos.

 

Que de tu boca no provenga ningún sonido. Que sobresalga el tizne del cerezo y el durazno suave.

 

Oh amor, tengo miedo y vivo acostumbrado a tus besos, por eso tengo miedo...miedo de que algún día digas que no me amas.