Te fuiste, y contigo se fue mi alma. Perdí la razón y la calma.
Mi vida hecha pedazos, me siento un fracaso. Al perderte, me perdí; porque no pude salvarte. moriste y morí. Y no puedo olvidarte.
Creo que es mi culpa que ya no estés aquí. Ahora no puedo hacer más que sufrir.
Prometí no volver a amar así, pero como no enamorarme de una princesa tan frágil; que con su amor enloquecí.
Ante su belleza sucumbí. Hoy me declaro culpable. Y ya no quiero vivir así, porque no puedo hacerlo sin ti.